La introducción del color negro en el cuarto de baño siempre genera muchas dudas por la difícil combinación de la tonalidad oscura en esa estancia de la casa. Lograr un atractivo contraste de colores y materiales es una fórmula óptima. Veamos tres ejemplos:
Negro y mármol blanco
El color negro adquiere una personalidad elegante en el cuarto de baño cuando es combinado con el mármol blanco. La unión entre ambas tonalidades, siempre muy atractiva, aporta modernidad y sofisticación. Este tipo de revestimiento clásico, revitalizado en los últimos años gracias a la llegada de las imitaciones en gres cerámico, es un valor seguro en el cuarto de baño, sobre todo en establecimientos hoteleros.
Podemos incorporar el mármol blanco con pequeños toques, por ejemplo en un detalle sobre el azulejo, o atrevernos con azulejos completos fabricados en este material. El mármol posee un acabado inigualable pero también podemos emplear imitaciones con patrones de mármol e incluso piezas textiles de efecto mármol.
Una tonalidad de mármol que goza de mucha aceptación es el blanco veteado con tonos grises o negros porque nos permite mezclarlo fácilmente con un mobiliario contemporáneo. Los mármoles verdes, en tonos beige o rosas son más difíciles de combinar con el blanco.
Negro y blanco
El color blanco es muy habitual en el baño y generalmente va combinado con tonos neutros, como beige o gris, o con colores vivos como verde o azul. Sin embargo, el blanco posee la capacidad de resaltar en contraste con líneas negras. De esta manera, las formas geométricas del mobiliario de baño adquieren una mayor vistosidad. Por ejemplo, el suelo en damero es un recurso decorativo clásico. Para lograr impactar no debemos tener miedo a contrastar líneas geométricas y colores.
La combinación de blancos y negros queda increíblemente bien con cualquier tipo de muebles y estilos, ya sean modernos, minimalistas o vintage. Para decorar el baño debemos tener en cuenta el tamaño. Si es muy pequeño debemos elegir el color blanco como base y el negro en los azulejos, en el mueble o en una sola zona de la pared, para no empequeñecerlo. En cambio, si el baño es grande podemos lucir el negro en las paredes en una mayor proporción. Si en el baño entra poca luz, predominará el color blanco para no oscurecerlo más. En ese caso, el negro se introducirá si hay suficiente luz artificial.
Negro y beige
De apariencia delicada, el color beige posee el poder de insuflar serenidad y calma cuando es combinado con tonalidades negras. Podemos incluir el beige en lugar del blanco y comprobar cómo, de forma inmediata, el cuarto de baño adquiere una apariencia más calmada. El negro y el beige forman una pareja decorativa muy potente ya que, combinados con delicadeza, dan una estética agradable a la vista, sin riesgo de caer en la estridencia. A la hora de combinar el negro y el beige conviene que haya un tercer color que haga de intermediario para que el contraste entre ambas tonalidades sea más suave. Dentro de la gama de beige existen varios colores, unos más amarillentos y otros que tiran más hacia tonalidades terrosas y marrones. Cuando se trata de combinar el beige con el negro, funcionan mejor los tonos que tiran hacia los colores tierra.
En resumen, si arriesgas con el color negro para tu cuarto de baño no olvides que debes crear un contraste entre paredes y suelo. Por ejemplo, si los azulejos de las paredes son negros puedes apostar por un suelo blanco. No olvides que la clave siempre es dar un aspecto higiénico, amplio, atractivo y luminoso a tu baño.